sábado, enero 22, 2005

"BRIGADA 49" / Wikén

Esta no es buena, pero tampoco es mala. A pesar de John Travolta, a continuación, la crítica en Wikén de esta película donde Joaquin Phoenix está gordo y casi irreconocible.

“BRIGADA 49”

Una de bomberos



En la ciudad de Baltimore, un edificio de 20 pisos arde en llamas. En el 12, el bombero Jack Morrison (Joaquin Phoenix, más grueso de lo que uno pudiera recordarlo) logra salvar la vida de dos víctimas, pero el suelo bajo sus pies se desploma y cae al vacío. “Brigada 49” es el viaje entre este accidente y la vida el bombero Morrison, en un relato paralelo convencional y rebosante de candidez.
Morrison, mal que mal, no es de los tipos malos. Es de los buenos. De los que entra como novato a la compañía de bomberos y que, dentro de una jugarreta, es recibido por un capitán que se hace pasar por ebrio (John Travolta) y otro veterano (Robert Patrick, “Terminator 2”) que se hace pasar por cura, con la intención de escucharle sus pecados. De los que hace turno en la compañía, y mata las horas leyendo el diario, jugando pinpón, compartiendo el ocio con sus compañeros, sus hermanos, a la espera de un gong que sea el llamado del próximo incendio. Morrison es de los que conoce a su futura mujer yendo de compras al supermercado. Y se casa con ella, y tienen dos hijos, y discuten de lo peligroso que es el trabajo, mientras salen de los funerales de los amigos que caen en desgracia.

“Brigada 49” es un desfile de bomberos, católicos, negros e irlandeses, en un medio ambiente musculoso con lluvia de cerveza y agua de mangueras. Aunque es una película honorífica y carente de distancia de sí misma, su relato conmueve por su sencillez, y pertenece a una tradición de películas que ya no se hacen, tributaria de John Ford con personajes salidos de una de Howard Hawks, pero sin ánimo de homenajes cinéfilos. Bien contada, con un guión carente de melodrama estructural, y con un director (Jay Russell, “Mi perro Skip”) que no se cree más listo que nadie. Un agrado cinematográfico.

“Ladder 49”. EE.UU. 2004. 105 minutos. Todo espectador, inconveniente para menores de 7 años.

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