lunes, octubre 10, 2005

¿Blog, dijiste?

Hace unos días que El Mercurio inició lo que ellos llaman "Blog El Mercurio", que no es más que un foro más sofisticado, donde los lectores pueden referirse a las opiniones editoriales y de columnistas. Que yo sepa, eso no es realmente un blog. Como sea, ver la cantidad de opiniones favorables de las columnas de Hermógenes Pérez de Arce es de terror.

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Este blog fue nombrado ayer en La Nación, en una sección llamada "Oh, my blog". De acuerdo con Miguel Paz, autor de la nota, y quien anteriormente se ha referido a los blogs de Clara Szczaranski, (ver blog) o del hijo del Mamo Contreras. (ver blog), él habría hecho un blog en Valdivia para "fisgonear a las celebridades" y contar lo que nadie publica. Ni falta que hizo: de eso se trató precisamente la cobertura de La Nación, y LUN y El Mercurio: de andar escuchando conversaciones y ponerlas en el diario. De hecho, la cobertura de La Nación dejó mucho que desear: la nota con los premiados que apareció el viernes pasado está llena de errores, el más grave, decir que el ganador de mejor documental fue "Actores secundarios" dirigido por... Francisco Hervé (y no Pachi Bustos y Jorge Leiva, los verdaderos directores).

Pero bueno: si yo hubiera dicho esto antes quizás habrían escrito atrocidades de este blog. Así que me salvé.

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Una cosa más: ¿alguien vio la insólita entrevista a Felipe Lamarca en La Tercera? El ex Presidente de Copec y la Sofofa, al parecer poseido por el espíritu de Gladys Marín, hace un crítica al modelo económico que ni Tomás Hirsch ha hecho. Dice el título (que podría estar perfectamente en The Clinic): "Chile no va a cambiar mientras las elites no suelten la teta". Y sigue: "La gente empieza a tener la sensación de que permanentemente se lo afilan" (sic), "El chorreo es más bien goteo" y "existe una cierta complicidad entre las elites políticas y económicas por mantener las cosas tal como están". No sé qué decir. ¿Habla en serio?

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Por último, en la sección de comentarios voy a dejar la nota que publiqué ayer en Actividad Cultural de El Mercurio sobre los documentales de Valdivia (el link solo dura una semana); y mucho ojo, que mientras estuve en Valdivia en el Centro de Extensión UC estuvieron dando un ciclo de Hitchcock. ¿Será verdad? ¿Alguien fue? ¿Habrá sido en 35mm o en video? Y a partir de hoy comienza, hasta fin de mes, un ciclo de cine latinoamericano, que incluye varias de Buñuel. Pueden ver el programa aquí. Saludos.

9 comentarios:

Gonzalo Maza dijo...

Esta es la nota de ayer en El Mercurio sobre los documentales en Valdivia.

Domingo 9 de octubre de 2005

Cine:
Documental vivo en el Festival de Valdivia

GONZALO MAZA

Las dos puntas de una misma cuerda se anudaron este año en el Festival de Cine de Valdivia, que terminó este jueves. Es la cuerda del documental chileno que comenzó a tejerse hace exactos 50 años en Santiago, cuando Pedro Chaskel y Sergio Bravo, entre otros, dieron inicio al Cine Club de la Universidad de Chile, el primero del país ligado a una universidad, con la intención de poder acceder a todo el cine de vanguardia que se estaba haciendo en el mundo y que no llegaba a las salas chilenas.

A mitad de los cincuentas, estos cineclubistas programaron lo que querían ver: películas de neorrealismo italiano, expresionismo alemán, y lo que serían los primeros aprontes de la Nueva Ola francesa.

En esos años visitó Chile John Grierson, el cineasta escocés que dio inicio al documental moderno en 1929 con "Drifters", un trabajo sobre los pescadores de arenques en Inglaterra, y que fundó el National Film Board de Canadá. Cuando Grierson conoció el trabajo del cineclub, recomendó a las autoridades universitarias de la época el apoyo a estos jóvenes cinéfilos que querían empezar a hacer sus propias películas. Eso dio origen el 8 de julio de 1957 al Centro de Cine Experimental de la Universidad de Chile. Decir que Raúl Ruiz, Miguel Littin y Patricio Guzmán hicieron sus primeras películas con el apoyo de este centro es parte de la historia de nuestra cinematografía.

Bravo y Chaskel, bases estructurales del cine documental chileno, estuvieron este año en Valdivia. Chaskel vino como jurado de la competencia de cortometraje documental, y Bravo fue homenajeado con una completa e inédita retrospectiva. Ver las obras de Sergio Bravo en su presencia fue una experiencia iluminadora para entender los caminos del cine chileno del último medio siglo y, de paso, empaparnos de nuestra historia.

"Mimbre", "Láminas de Almahue" y "Día de organillos" fueron películas fundacionales. Bravo se rodeó del trabajo de los principales artistas de su época: ahí está Pablo Neruda recitando sus poemas, mirando a la cámara, en "Las banderas del pueblo", filme realizado para apoyar la candidatura presidencial de Salvador Allende en 1964, con textos de Volodia Teitelboim leídos por René Largo Farías. En este documento único hay imágenes en movimiento de Allende cuando joven, o más impresionante aún, la asunción al poder de Pedro Aguirre Cerda con hordas de personas eufóricas celebrando y colgando insólitamente desde los balcones de La Moneda.

Bravo salvó estos materiales históricos de ser destruidos cuando interceptó a un funcionario que pensaba venderlos a una fábrica que utilizaba el nitrato del celuloide para hacer peinetas. De ese hallazgo es fruto también el salvataje de "El húsar de la muerte", hasta hace poco la única película muda nacional que se podía ver en Chile ("Canta y no llores corazón" de Juan Pérez Berrocal fue la otra, recuperada hace un par de años). En Valdivia fue posible ver la restauración hecha por Bravo en los sesenta, en directa colaboración con su director, Pedro Sienna, y algo distinta de la última restauración realizada por el Ministerio de Educación en 1995.

Pero quizás sus trabajos más impresionantes como autor sean "La glane", hecho en Francia en 1985 acerca de un poblado donde 500 habitantes fueron exterminados por los nazis de la Segunda Guerra Mundial (con música de Brian Eno); y "No eran nadie", su único largometraje de ficción, pero con una inteligente fusión con el documental, filme que participó en el Festival de Cannes en 1982. Es esta una muy bella historia de pescadores desaparecidos en alta mar en Chiloé. Tema contingente y necesario para la época, que no podía ser tratado directamente.

La competencia

La otra punta de la cuerda que se anudó en Valdivia fue la presencia de documentales chilenos y extranjeros, trabajos que hablan del auge del género en esta época, y cuyos realizadores se conectan en visión y contenidos con sus antecesores. Dos temáticas se destacaron en este festival: la depredación medioambiental por intereses económicos, con su respectiva consecuencia humana, y la mirada sobre los años ochenta.

Sobre lo primero, se hicieron notar "Apaga y vámonos", de Manel Mayol, un catalán que viajó a la Región del Biobío a retratar el conflicto mapuche en torno a la central hidroeléctrica Ralco, con potentes entrevistas; y "Un mundo ausente", de Ronnie Ramírez, un chileno radicado en Bélgica que fue testigo del impacto de las empresas pesqueras y el inminente proyecto industrial de Alumysa en Puerto Aysén.

Como dice Luis Candia, restaurador, académico y jurado de la competencia documental, "tenemos una nueva generación de directores que está muy consciente e impactada por el salvajismo del modelo económico actual. Vimos documentales de jóvenes que fueron y se encontraron con temas gigantescos, más grandes de lo que pueden captar sus cámaras". Candia fue el presentador de las películas de Sergio Bravo, y ha investigado su obra con profundidad.

Otra época

De la mirada a los 80 apareció el ganador de Valdivia en el género documental: la lograda "Actores secundarios", de Pachi Bustos y Jorge Leiva, sobre el movimiento de estudiantes de ese tiempo, se llevó el Pudú; y fue posible ver "80s", de Eduardo Bertrán, casi las dos caras de una misma medalla: la vivencial y la mediática de una época que recién podemos observar con cierta lucidez.

También fue comentada por la audiencia "Si quieres hacer reír a Dios", de Mauricio Claro, un trabajo biográfico sobre el cineasta Helvio Soto, otro autor del Nuevo Cine Chileno de los sesenta y setenta, obra que cuenta con la última entrevista dada en vida por el director, y que vuelve a anudar el nudo entre pasado y presente del que hablamos.

Si a todo esto agregamos la presentación del libro "El documental chileno", de Jacqueline Mouesca, una importante y lograda investigación sobre la historia del género en Chile, lanzamiento que se hizo en los días del festival, se pueden colegir algunas cosas. Por lo menos, que no hay cine documental que mire el presente sin uno que mire el pasado. Y que las influencias de autores como Pedro Chaskel y Sergio Bravo está vivas, consciente o inconscientemente, en los directores jóvenes actuales.

MEMORIA

LA MIRADA a los años ochentas y los temas medioambientales dominaron la muestra.

FOTOS

"Actores secundarios", de Pachi Bustos y Jorge Leiva, se llevó el Pudú del Festival de Cine de Valdivia.

Las obras completas de Sergio Bravo y los trabajos de directores jóvenes fueron los hallazgos del evento.

Marisol dijo...

Gonzalo, el problema con el "blog" mercurial es que no puedes ver a la primera las firmas de las cartas. Uno no va a estar entrando a cada una para cachar, obvio, entonces se te pueden pasar joyitas com la mismísima carta de Lagos. ¿Cómo no diseñan mejor algo así?

La entrevista a Lamarca, de antología. Mi "hit" está en la penúltima respuesta:

"Tenemos que preocuparnos del tema; terminar con esta elite que se pone de acuerdo y que lo pasa bien. Esa imagen se cristaliza en esos grandes eventos que se hacen en el Teatro Municipal, donde todos van de invitados, porque pagar es rasca, y te encuentras con todos los empresarios y con todos los políticos. Ahí está la elite de Chile. Si se llega a caer la lámpara del municipal, queda el desparramo. Ellos están felices, pero qué pasa con el pequeño almacenero, con el viñatero chico o el panadero".

Yo tampoco pago para ir al Municipal. O sea, no voy. ¿Soy elite?

Javier Sanfeliú dijo...

lo de lamarca, qué quieres que te diga, la leyenda cuenta que se fue de copec por el mal manejo de celco; después otros cuentan que cuando casi se fue al patio de los mudos tuvo una revelación, "hay que ser mejor persona"; además, está tan arreglado y forrado que hoy quizás quiere despertar dolor de guata en sus viejos compañeros de farra. no lo sé. desconfío pero es bueno que dentro de la élite que va a l municpal gratis haya al menos una voz disidente.
Ahora bien: si entra en política, sería pésimo. sería todo un tongo a lo lavín... tomemos en cuenta que copesa le compró la duna en varios millones de dólares... y esto lo publicó la tercera... ¿qué hay ahí? no sé... no sé nada.

salú

Gonzalo Maza dijo...

Es curioso lo que dicen del Municipal. O sea... ¿Es de elite ir al Municipal sin pagar? ¿Las mismas elites que se niegan a que sus municipios (Providencia, Las Condes, Vitacura) le pasen más plata al Municipio de Santiago para administrarlo?

Eso me conecta con una carta publicada hoy martes en El Mercurio enviada por un académico de la Chile que se niega a que universidades privadas como la Universidad del Desarrollo (cuyo rector, Ernesto Silva, fue uno de los cerebros del modelo económico del chorreo en Pinochet) reciban platas estatales para sus investigaciones. Es como mucho, ¿no? ¿Los mismos que por años le dieron duro a los fondos estatales ahora quieren mamar de la misma, ejem, teta? ¿Los mismos que van gratis al Municipal y el teatro se cae a pedazos?

Enough. Ya llegó el minuto en que los privados se metan la mano al bolsillo, y creen fundaciones, y apoyen investigaciones, iniciativas culturales, becas, construyan escuelas. Pero que se metan la mano al bolsillo de verdad. Si el señor Lamarca está tan preocupado por el tema de la desigualdad, podría partir por ahí.

Javier Sanfeliú dijo...

Piensa que la venta de duna igual es fuerte. le dio más poder a un consorcio, y habla de monopolios, duopolios u oligopolios... no entiendo. Positivo? Bah, está por verse si es una voza disidente o se enojó con otro. Vaya uno a saber.

Miguel Paz dijo...

Gonzalo, hola.

Oye gracias por comentar mi columna en tu blog pero te equivocaste al leer.
Yo no fui a Valdivia, ni hice un blog en Valdivia "para fisgonear a las celebridades" y contar lo que nadie publica. El blog que "fisgoneó celebridades" fue Pintxo, el blog de El País, en el festival de San Sebastián (http://blogs.prisacom.com/ep3/?cat=8).
Además, la columna se trató de que por fin alguien atinó e hizo un blog de un festival como Valdivia. Que ese alguien eras tú en este blog y que a mi me hubiese gustado hacerlo pero que en La Nación no alcanzó el presupuesto para enviarme para allá y que ahí mismo se murió mi idea de hacer un blog desde Valdivia.
Sobre los errores del corresponsal de La Nación, muy bien que los hagas notar. Por eso mismo en la columna yo ponía sobre este y los puntos previos, que oportunamente le hincaste el diente al tema, le diste dos palos a cada nota febril aparecida en la prensa y te propusiste relatar lo visto y vivido en los cinco días que duró el asunto. O sea elogié lo que hiciste con "Analízame" pero lo entendiste al revés.
Para mayor abundamiento el párrafo que sigue:

"Por primera vez, el respetable tenía a mano un puñado nada despreciable de cintas locales para comparar y elegir, como “Se arrienda”, de Fuguet; “La sagrada familia”, de Sebastián Campos; “En la cama”, de Matías Bize; “Play”, de Alicia Scherson, y otras que se ahogan en el Alzheimer. Pero, claro, tampoco se puede decir mucho más. Quien escribe no estuvo en el festival. No vio ninguna de estas películas. Y sólo está parafraseando el blog “Analízame” de Gonzalo Maza, un gordito que no es Nicolás López que oportunamente le hincó el diente al tema, le dio dos palos a cada nota febril aparecida en la prensa y se propuso relatar lo visto y vivido en los cinco días que duró el asunto".

Saludos.

Gonzalo Maza dijo...

Miguel,
Rocanrol, ¿no? Da lo mismo. Sé que no hiciste un blog sobre Valdivia. Eso lo lei bien. Probablemente algo se perdió camino al foro. No se trata de ti, ni de mi. Se trata de la demencia mediática en la que vivimos, la misma demencia que nos hace valorar que "Cantillana no la hace" si tuviera a alguien fisgoneando. Pero, ¿queremos más gente fisgoneando? Eso es todo lo que me pregunto.

En fin. ¿Entendi mal? ¿Vinieron a saludarme y pegué un ladrido? A veces soy un tonto. Un tonto gordito. Pero no lo tomes a mal. Gracias por leer este blog. Uno le debe respeto a los lectores.

Un abrazo,

GM

Miguel Paz dijo...

Rocanrol forever Gonzalo. Pero algo se perdió camino al foro y no da lo mismo hacer o no hacer algo. Existe una diferencia de 180 grados. Por eso y como uno le debe respeto al lector, vale mi aclaración.Por lo demás, en mi columna no digo en ni un párrafo que yo habría hecho un blog para "fisgonear celebridades y contar lo que nadie publica" (nunca tan arrogante).

En todo caso, de haber puesto en marcha un blog sobre el Festival de seguro habría versado sobre las películas pero también de lo que ocurre fuera de las salas (algo sustantivo en cualquier festival).

Igual me queda una duda ¿dónde está la demencia mediática en pararle el carro a alguien si no te parece lo que te está diciendo? Así lo entendió Cantillana, así también lo entiendo yo. Y eso no tiene que ver con periodismo. Es cuestión de personalidad no más.

En fin, no hay rollo. Entre gorditos nos entendemos.

PD: Gracias por el dato de "Control room". La estoy viendo y está muy ad hoc al "fisgoneo" nuestro de cada día.

Interiorbruto dijo...

Lo de la "afilada" de Lamarca estuvo notable. ¿Las reuniones de directorio con sus ex patrones habrán sido en ese franco lenguaje?
apuesto a que sí.