miércoles, octubre 19, 2005

"OVAS DE ORO": El documental sobre la industria salmonera que hay que ver

Voy a hacer una indiscreción: en el último mes tuve un segundo trabajo. De fin de semana. Y en las noches. Fui jurado pre-seleccionador del próximo Festival Internacional de Documentales de Santiago, FIDOCS. El festival será en la primera semana de diciembre. Mi pega fue ver 48 documentales, y elegir, junto a otros dos miembros del jurado, las películas que van a competir por el primer premio del festival de este año.

Imaginen como queda la cabeza después de ver 48 documentales. Pero peor es como queda la conciencia. Esta frase se la voy a robar a mi mujer: el documental es reflexión. Es ver el mundo que tienes al lado y pensar sobre lo que ves. Documental sin reflexión no es documental. Cuando no hay reflexión en la mirada, obtienes registro (cuando grabas el cumpleaños de tu hermano chico). O documento (cuando tienes la oportunidad única de grabar, por ejemplo, los aviones que bombardearon La Moneda). Esta última parte de la idea no se la robé a mi mujer. Se me ocurrió a mí mismito.

Así, ver 48 documentales chilenos es una oportunidad única. Es poder ver, prácticamente, todo lo que se hace en Chile en un año. Lo que, uno, no es poco. Y dos, es cada vez más interesante. El año pasado hice el mismo trabajo, y la verdad, es impactante ver cómo han aparecido una gran cantidad de directores jóvenes, de escuelas, algunos primerizos, que agregan reflexión a lo que graban. Que hacen verdaderamente documentales.

Esta experiencia, sumada a la de Valdivia, me tienen la cabeza dada vuelta desde hace varios días. No dejo de pensar en salmones. Los salmones y las salmoneras que los crían en el sur. Los salmones son la nueva pelea. La que ayer era Ralco, que se perdió porque yo, como muchos de ustedes, me importó un coco. Ahora ya no se puede hacer nada. Ni siquiera tomar conciencia. La cagada está hecha. Ralco tiene a personas sufriendo el desarraigo maldito de que un buen día te echen de tu casa, y sepulten el cementerio de tus familiares bajo millones de litros de agua. Yo, ahora, tranquilamente, puedo dejar la puerta abierta del refrigerador toda la noche. Puedo pagar la cuenta.

Tomar conciencia es un proceso íntimo. Es curioso, porque se necesita del resto para tomar conciencia. Se necesita de conversaciones, intercambio de información, lecturas recomendadas, pero las conclusiones las tiene que sacar uno, y nadie más que uno, en su soledad.

En este trabajo de fines de semana vi mucho. Vi estupendas películas que apelaron a mi lado cinéfilo. Pero otras removieron otros lados de mí. En Chile, me atrevo a decir, estamos haciendo mejores documentales que ficción. Lejos mejores. De los estrenos chilenos de este año, ninguno me ha removido demasiado (a excepción de "La sagrada familia", pero esa es del próximo año). Pero de una u otra forma quedé impactado con los 12 documentales que elegimos para la selección del festival.

Son películas que me han dejado deambulando por las calles. Son de esas películas que te tapan los oídos: alguien te dice algo, y no lo escuchas. Estás escuchando tus pensamientos. Bueno, te tapan los oídos, pero te abren los ojos.

No estoy autorizado a decir ahora qué películas seleccionamos. Recién deliberamos esta tarde. Los seleccionados deben ser avisados apropiadamente. Y hay que guardar respeto por los que no quedaron.

Pero debo decir algo: esta mañana, a la pasada, vi El Mercurio que estaba sobre mi cama y encontré esta nota. Esta simple nota:

Es una noticia cualquiera. Pero bastante reveladora. Fíjense como está escrita: el estilo indirecto tan propio de El Mercurio. No se cuenta el problema: se cuenta la respuesta oficial al problema. De la misma manera que, en los ochentas, uno podía leer: "Gobierno rechaza críticas de la oposición", sin aclarar cuáles eran esas críticas. No se informa: se da cuenta del ninguneo al problema.

Pero el problema está. Se puede ver, muy bien explicado, en el documental "Ovas de oro", de Anahí Johnsen y Manuel González. Esas críticas no son críticas, realmente: son datos de información. Datos como los siguientes:
  • Chile es el quinto país pesquero del mundo.
  • Y Chile es el segundo lugar, solo después de Noruega, entre los países productores de salmón del mundo. O sea, le hacemos al salmón.
  • Los salmones no se pescan: se cultivan en el mar. Eso hacen las salmoneras.
  • El 80% de esa gigantesca producción sale de una sola región de Chile: la región de Los Lagos, la XI Región.
  • Si bien esta industria ha generado 1.400 millones de dolares, la región de Los Lagos sigue viviendo en la pobreza.
  • No solo eso: los trabajadores del salmón ha acusado innumerables veces de maltrato laboral.
  • Una mujer sufrió de un aborto por no ser autorizada a dejar su puesto de trabajo cuando dijo sentir dolores de pérdida.
  • El 80% de los trabajadores gana menos de $200.000.
No solo eso:
  • Chile es también el primer productor del mundo de harina de pescado.
  • ¿Para qué sirve la harina de pescado? Fíjate que curioso: La harina de pescado es el principal alimento de los salmones que se cultivan en el sur.
  • De hecho, para que un salmón suba un kilo de peso, debe comer dos kilos de harina de pescado.
  • Y se necesitan 4 a 5 kilos de jurel o anchoveta para fabricar 2 kilos de harina de pescado.
  • Curiosamente, los habitantes de los pueblos cerca del litoral, según el INE, son los que comen menos pescado en su dieta. Es caro para ellos.
Okey. Hasta aquí otra injusticia social. Hay tantas, ¿no? Pero el documental sigue:
  • Para capturar esos millones de kilos que jurel y anchoveta que alimentan a los salmones, se practica "pesca de arrastre", también llamada "dirty fishing".
  • Lo de "dirty" viene porque para pescar se utilizan redes que avanzan por el fondo de suelo marino.
  • El "dirty fishing" agarra los pescados, pero también arrasa con todo lo que encuentra: algas, esponjas, corales de siglos de existencia son destruidos en segundos. Se crean verdaderos desiertos bajo el agua.
  • La "dirty fishing" está prohibida en los países desarrollados, como Noruega. No en Chile.
  • La situación del fondo marino es el secreto mejor guardado por la industria salmonera.
Hay más: las principales autoridades del sector pesquero son todos DC, con íntimos contactos con la industria pesquera; para que no enfermen los salmones, se agrega antibióticos a la harina de pescado (los antibióticos hacen que las bacterias, patógenas para el hombre, con los años se hagan inmunes); y la matanza de lobos marinos es habitual en la región de Los Lagos: los lobos marinos rompen las redes de los salmones, afectando el negocio.

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Qué decir. Temazo. Impactante. Más atención me llama que nada de esto se habla en los medios de comunicación. O aparece como en la nota antes dicha: ninguneado. Los directores e investigadores de "Ovas de oro" en la película incluso viajan a Noruega a entrevistar a los dueños de las salmoneras que funcionan en el sur de Chile. Y ellos dicen: "No podemos ser noruegos en Chile". Es decir, no podemos ser civilizados, respetuosos del medioambiente, de las leyes laborales.

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Ultima cosa. Juro que acá termino. Volvamos a ver la nota de arriba. Ahora, veamos la página de SalmónChile.

Los salarios de los operarios de la industria -según un estudio realizado por el Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile- llegan en promedio a los $260.676, cifra que se ubica por sobre el salario mínimo de nuestro país y lejos de los $180.000 que establecen como sueldo promedio los estudios publicados por algunas organizaciones medioambientales.
La defensa de las salmoneras es por 80 lucas de diferencia. Ese es el rechazo a las críticas.

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El tema está candente: explotó hace unas semanas cuando Douglas Tompkins dijo que el avance de esta industria debería congelarse (vaya metáfora). No todos han quedados impasivos. Una interesante columna publicada el domingo en Economía y Negocios, escrita por Leonidas Montes, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez, da unos datos bien iluminadores:
En la cena anual de la industria salmonera altos personeros de gobierno, legisladores, políticos y representantes de la industria comentaban, frunciendo el ceño, las declaraciones de Tompkins. El presidente de SalmonChile arengaba a la audiencia con innecesarias diatribas contra el "millonario gringo", calificándolo de "fanático ambientalista", llegando incluso a comparar el proyecto Parque Pumalín con Colonia Dignidad. El secretario general de Gobierno, Osvaldo Puccio, reconociendo la importancia de la industria, declaró que "Tompkins no fija ni la agenda productiva ni medioambiental del Gobierno", generando aplausos entre los asistentes.
De miedo. Más detalles sobre el tema pueden encontrar en esta columna de El Mostrador escrita por Sara Larraín, de Chile Sustentable.

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En fin. Ya lo dije: el proceso de toma de conciencia es personal. Si les interesa, mantenganse atentos a este blog, para ver la fecha en que serán exhibidos este documental y tantos otros del FIDOCS. Gracias por la paciencia. Un abrazo.

13 comentarios:

Marisol dijo...

Gonzalo,

He seguido lo más posible este caso, sobre todo luego de leer en una nota de El Mercurio el tonito de Carlos Vial, presidente de los salmoneros. Cito textual: "No vamos a aceptar en Chile a un fanático ambientalista. ¿Por qué tenemos que aceptar que nos diga cómo tenemos que hacer las cosas? No nos vamos a intimidar por las bravatas y frivolidades de un millonario gringo" (hay varios links que lo recuerdan. Aquí va uno: http://www.elbosquechileno.cl/44tompkins.htm).

Cuando la pelea es contra gente así de anticuada, irrespetuosa, desinformada y, sin embargo, poderosa, no queda otra que aplicarse en estudiar el tema y levantar cuanto antes buenos argumentos. El documental que citas parece una estupenda opción.

Anónimo dijo...

excelente este posteo, te felicito por la información que otorgas y por tus reflexiones.
saludos

Gonzalo Maza dijo...

Marisol,

Eso es exacto lo que dice en tipo de la Adolfo Ibáñez que, convengamos, no es ningún fanático ambientalista.

(Ahora me siento más tranquilo de hacer clases en esa universidad).

Ivan y Caro, Gracias por los comentarios!

Rodrigo dijo...

Tremendo resumen!! muero por ver ese documental... esperaré a diciembre para el Fidocs!
A ver si este tipo de documentales ayudan, aunque sea, a que conversemos el tema y pueda ser parte de la famosa "agenda". Más en época de elecciones!

Isabel dijo...

Oye, pero entre tantos periodistas, editores y ahora, ejem, directores de medios... podriamos hacer algo mas que ir a ver el documental o no?

Natalia del Campo dijo...

Por lo que escribes se ve bien el documental... ¿tienes como contactar a los realizadores?
El tema pide gritarlo, valga la redundancia, a gritos.

Gonzalo Maza dijo...

Natalia,
Te mando los datos que aparecen en el catalogo del Festival de Valdivia. De esto es lo que habla Brinck, no?
G

Gonzalo Maza dijo...

Y el sitio oficial de la peli es
http://www.kithanofilms.cl/ovasdeoro.html

F. Ortega dijo...

gran info, mazo. la cago. historias asi sobran en el sur. lo de las plantas hidroelectricas, lo de los salmones es parte de un iceberg. un amigo esta investigando a full el rollo de los mapuches jovenes en Temuco. te cagas, hay algo grande incendiándose ahí.

Bisama dijo...

gonzalo: dos cosas. 1) acabo de ser jurado del consejo del libro y me leí como 50 libros editados y 170 inéditos de poesía. sorry, pero podríamos competir en migraña despuès de tamañas sesiones y sí, concuerdo contigo que la no-ficción en chile es más interesante que la ficción, por lo menos en lo que va corrido del año. 2) el rollo de los salmones no es lo único que se cuece en el sur o en la capital. me ha tocado, por deformación profesional, cachar las peleas y discusiones en la literatura mapuche y ciertas vidas de chicos cruzados en el medio respecto a qué mierda hacen con sus raíces, su habla, en cómo cresta no se convierten en caricaturas o clichés de su etnia. la ideas anteriores no valen como explotaition y no sé si darían para un documental pero confirma de que ciertas cosas se están cociendo por debajo. el rollo inmobiliario en valpo, por ejemplo. no sé. lo de los salmones no me extraña. hace tiempo, ya llamó la atención el concubinato decé con ciertos nombres de la industria pesquera. así que eso. no queda otra que leer entre líneas. y desconfiar.

saludos.

a.

Gonzalo Maza dijo...

Ortega y Bisama concuerdan: temas sobran. Por paisaje, problemas sociales, historia polìtica, abusos, personajes inspirados y demencia cotidiana, Chile es un país privilegiado para el documental. Creo yo, ¿no?

Andres dijo...

Hola
Mira siempre hay que tener cuidado al momento de criticar algo yo soy estudiante de Ingenieria en Acuicultura y me interesó bastante este documental, pero si vamos a criticar informenos acerca del rubro antes, primero que nada eso de que se necesiten 3 o 4 kilos de harina de pescado por cada kilo de salmon que se produzca es falso existe lo que se denomina el factor de conversion el cual desde luego varia segun la empresa, pero hay algunas de ellas que en estos momentos han logrado hasta un factor de (1.2 : 1) es decir un kilo docientos gramos de alimento dado por cada kilo de carne de salmon obtenido, lo segundo es que no solo de harina de pescado se alimentan los salmones existen variadas dietas incluso se esta viendo la manera de iniciar cultivos agricolas de algunos cereales para alimentarlos, otra cosa es que si bien las leyes ambientales dejan mucho que desear en Chile al ser el Salmon un producto de exportacion las industrias se han tenido que adecuar a las normas ambientales de los paises que nos compran salmones como son: Japon y EE.UU entro otros las cuales son muchisimo mas exigentes que las Chilenas llegandose en algunos casos a exigir el llamado "Etiquetado verde" donde el producto final tiene toda la informacion de toda su vida desde quienes fueron sus padres, como se trataron las ovas, si fueron o no vacunadas, entre otros procedimientos que se le pudieran realizar a los individuos, por lo cual si bien se y reconosco que la industria acuicola tiene muchos problemas que mejorar tampoco la veamos como si fuera la mas contaminante y la mas cruel, si no donde dejamos a las celulosas o la industria del cuero o las grandes emisiones de arsenico que emite la empresa del cobre? o sea investigemos analizemos y opinemos en todo caso ese documental no me lo pierdo

Anónimo dijo...

En la página de Ecoceanos.cl hay más sobre el documental. Una entrevista muy interesante a los realizadores... y un artículo en que el jurado del festival de cine de valdivia opina sobre este documental

http://www.ecoceanos.cl/sitio/docs/actividades/ovas/ovasdeoro.htm

Saludos
Patricio
http://patricioigormelillanca.blogspot.com